
Es un auténtico placer para la Asociación compartir con vosotr@s las impresiones de uno de nuestros chicos sobre la situación derivada de la actual crisis sanitaria.
https://elpais.com/elpais/2020/11/11/eps/1605
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<<A Hugo, de 14 años, no le gustan los cambios. “Cuando comenzó, la cuarentena iban a ser 15 días, pero se empezó a alargar y estuvimos tres meses encerrados en casa. Las clases pasaron a ser online, lo que me afectó a la hora de estudiar; echaba de menos a mis compañeros, o salir”, resume el adolescente que vive con sus padres, su hermana y su perra Nuka en Las Regueras, un concejo de Asturias con algo menos de 2.000 habitantes. “Dejar de salir no mola nada”, agrega.
La timidez de Hugo eclipsó hasta los seis años el síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista (TEA). “No se trata de una enfermedad, sino de una condición que acompaña a la persona toda su vida”, definen desde la Confederación Asperger España, que estima que en el país hay 120.000 personas como Hugo. O como el icono adolescente del siglo XXI, Greta Thungberg.
“Al principio [de la cuarentena] estuve algo agobiado porque era saltarse la rutina. Luego, cuando se convirtió en costumbre, fue mejor”, relata. Entre las cosas que echaba de menos estaba acudir a Oviedo cada día a comer con su abuela: “Otro cambio de rutina”. “Si son para bien, los cambios no me importan. Pero, si no, no me gustan mucho”, continúa el joven, un apasionado del fútbol. “Soy socio del Oviedo desde pequeñito y, en cuanto se pueda, me gustaría volver al campo para ver a mi equipo”. Hasta hace poco, él también jugaba, pero se acabó: “Lo dejé y me apunté al gimnasio. Empiezo mañana y tengo ganas”.
Lo que no le apetece tanto es volver a la Asociación Asperger Asturias, centro al que acude una vez por semana para organizarse con las tareas del colegio o para visitar al terapeuta. “No sé explicarlo, pero no me siento cómodo. Sé que me viene bien ir. Pero preferiría hacer las sesiones online”, resume. “Lo llevo bien. No pasa nada. No me importa hablar del Asperger”, afirma: “Es algo normal”.
No considera negativas todas las consecuencias del coronavirus: “Me gusta echarme gel hidroalcohólico. Ya lo hacía antes y tengo siempre en el estuche”. También valora positivamente la “distancia social”, añade con cierta sorna. A Hugo le gusta bromear. Y le parece injusto que se cerrasen los parques y quedasen los bares abiertos: “Les importa más la economía, por eso no los cerraron”. Él no los ha echado tanto de menos porque podía salirse al «prau» de su casa y dar unos toques al balón o echar un vistazo al huerto que cuida su padre. “También teníamos gallinas, pero en la cuarentena vino una gineta y las mató”.
Hugo cree que 2021 va a ser peor que este año porque “va a pasar de todo”: “Leí en Internet que un tipo que predijo la covid dice que en diciembre del año que viene habrá un apocalipsis zombi”. Hace una pausa dramática y continúa: “No lo creo. En 2012 decían que se iba a acabar el mundo y aquí estamos. Pero… ¿te lo imaginas?”.>>